domingo, 30 de junio de 2013

Ayudadles a desarrollar su talento

Son varias las formas en que, como jefes, podéis ayudar a desarrollar el talento de vuestros colaboradores, extrayendo lo mejor de sí mismos.
Una de las más fundamentales consiste en proveerles de feedback o retroalimentación mediante consejos y sugerencias sobre las conductas que deberían reforzar o modificar.
Este feedback puede ser muy poderoso psicológicamente.
Puede orientar las atribuciones de quienes lo reciben sobre sus propios resultados, afectando de este modo a su nivel de confianza.
El feedback puede ser positivo o negativo.
Pero recordad que la alabanza y la crítica son asimétricas.
A todo el mundo le encanta ser alabado y odia ser criticado.
Todo el mundo está deseoso de obtener alabanzas y por eso debéis alabar a vuestros colaboradores con frecuencia.
En la medida que lo hagáis, generaréis expectativas positivas en ellos.
Y las expectativas conforman un poderoso moldeador de las conductas ajenas porque en general, las personas tienden a responder a dichas expectativas ajustándose a ellas.
Por ejemplo, en las primeras fases de cualquier aprendizaje, el índice de fracasos y errores suele ser muy alto.
Y eso puede hacer que estas etapas sean en muchas ocasiones particularmente frustrantes.
Podéis ayudar a vuestros colaboradores a modificar la atribución que hacen de dichos resultados si, durante estas fases iniciales, les felicitáis por su esfuerzo y dedicación, con independencia de sus resultados.
O si les animáis por estar realizando progresos importantes, aunque ellos todavía no puedan apreciarlos por sí mismos.
O si, en general, les hacéis ver que sus fracasos se deben a causas que son controlables por ellos mediante el aprendizaje y el entrenamiento.
Pero la crítica negativa también es necesaria, siempre que la hagáis con cuidado y moderación.
Es imposible progresar y desarrollar el máximo potencial si no se observan los fallos, se examinan cuáles fueron sus causas y se determinan las acciones correctivas.
Vuestro desafío es realizar la conversación de feedback de tal forma que quien lo reciba tenga la impresión de que puede elegir.
Lo importante es obtener el compromiso de lograr los objetivos que aún no se han conseguido alcanzar.
Así que no os limitéis a decirles lo que tienes que hacer.
Involucrad a vuestros colaboradores e invitadles a que hagan sugerencias.
No hay forma más eficaz de persuadir a alguien para que haga algo que hacerle sentir que no está siendo persuadido, sino que está haciendo una elección voluntaria.
Recordad que todas las personas tienen su talento.
La clave es encontrar cuáles son esos talentos y darles el mejor uso posible para la organización.
Si sois capaces de proveerles del feedback adecuado, ayudaréis a vuestros colaboradores a crecer y a desarrollar su potencial.
Entonces comenzarán a desarrollar un ciclo de éxito.
Y ese ciclo tenderá a autoalimentarse por sí mismo.

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