La gestión
del talento es clave para apoyar las estrategias de negocio en el medio y el
largo plazo. En la medida que una empresa sea capaz de crear valor para sus
profesionales, será capaz de crear valor para sus clientes.
El desarrollo
de personas y equipos talentosos no consiste solamente en capacitar o entrenar
al personal en materia de conocimientos, sino también mejorar las
características de la personalidad, que generan un desempeño exitoso en el
puesto de trabajo.
Veamos
algunas de las medidas que pueden desarrollar las organizaciones para gestionar
y promover el talento de sus profesionales.
1.
Evaluar las fortalezas y debilidades y centrarse en
las primeras
Todas las
personas tenemos cosas en las que somos buenos y otras en las que no lo somos
tanto, roles en los que nos desempeñamos magníficamente y otros en los que no
lo hacemos tan bien.
Las
organizaciones pueden ayudar a sus profesionales a identificar sus fortalezas y
debilidades a través del uso de herramientas como el Assessment, el Coaching, las
Entrevistas de Evaluación del Desempeño, o los ejercicios de auto-reflexión y auto-percepción.
Sin embargo,
la mayoría de las organizaciones tienden a centrarse más en las debilidades que
en las fortalezas de sus empleados.
A través del
clásico sistema de gestión por competencias, se identifican los supuestos gaps
que un empleado tiene, y se establecen medidas y programas que permitan
cubrirlos.
En realidad,
la clave del crecimiento consiste más en centrarse y poner toda la energía en
aquellas cosas, actividades y competencias en las que los profesionales son particularmente
buenos y que además les gustan y les hacen ilusión.
La clave es
encontrar cuáles son esos talentos y darles el mejor uso posible para la
organización, propiciando que el profesional pueda volcar la mayor parte de sus
energías en esa dirección.
2. Planificar y establecer
objetivos
Si somos capaces
de elaborar planes a corto, medio y largo plazo en lugar de limitarnos a vivir
el presente inmediato, nuestro poder de acción se multiplica enormemente.
El tiempo nos
compra oportunidades para aplicar nuestros talentos y nuestra inteligencia de un
modo estratégico y premeditado para alcanzar nuestros objetivos.
Las
organizaciones pueden ayudar a sus empleados en este proceso mediante el uso de
herramientas como los Planes de Acción Personal, las Entrevistas de fijación de
Objetivos, o los Itinerarios que permiten visualizar las metas y los progresos
hacia las mismas, permitiéndoles de este modo concretar los planes y objetivos,
pautarlos, interiorizarlos, visualizarlos.
En la medida
en que se conciban planes detallados y concretos, se aumentará la probabilidad
de que cuando se produzcan las circunstancias que se han anticipado, los
profesionales se comporten tal y como habían planificado hacerlo, redundando en
beneficio de la organización.
3. Generar
compromiso
En el mismo
momento en que adoptamos un determinado compromiso público, habremos preparado
el terreno para que, de forma casi automática y en virtud del principio de la
coherencia, tendamos a actuar en consonancia con el mismo.
Las organizaciones
pueden utilizar esta poderosa palanca de motivación pidiéndoles a sus empleados
que hagan públicos y visibles sus planes y objetivos en relación al rol que
desempeñan.
Que los
pongan por escrito.
Que se
comprometan con ellos.
Que los
proclamen públicamente.
En
definitiva, se trata de impulsar el compromiso para desarrollar las estrategias
necesarias que permitan enfrentar los retos con éxito, incrementando el grado
de identificación del talento con su empresa.
4. Conferir
carga emocional a los objetivos
Las emociones
son el software motivacional de la mente.
La razón nos puede
ayudar a diseñar estrategias inteligentes para conseguir nuestros fines.
Pero son las
emociones las que tienen la fuerza motivadora necesaria para conferirnos la
energía y la determinación que nos permitirán alcanzarlos.
Las
organizaciones pueden ayudar a conferir carga emocional a los retos que deben
enfrentar sus profesionales, planteándolos como desafíos motivadores que pueden
conducir al logro de los fines comunes de la organización.
Mediante la
capacidad de comunicación de los líderes, y también mediante el uso de
conferencias y talleres inspiradores, o de contenidos con alta carga emocional,
puede aleccionar las esperanzas de sus profesionales, generando compromiso e
impulsándoles a la acción.
5. Promover
la flexibilidad, la apertura mental, la disposición al cambio
Arie de Geus
dijo que “La mejor ventaja competitiva es la capacidad de aprender más
rápidamente que nuestros competidores”.
Y es cierto. Ningún
modelo, ninguna estrategia, ningún sistema, son eternos, menos aún en el
cambiante mundo en el que vivimos actualmente.
Debemos estar
dispuestos a salir de la zona segura pero limitada, conformada por nuestros
viejos esquemas.
Ser capaces
de abandonar nuestro estado emocional de certeza, para entrar en uno nuevo que
quizás contenga dudas e incertidumbres.
Buscar nuevos
paradigmas, soluciones diferentes, flexibles y originales.
Esa es la clave
para que nuestros esfuerzos estén bien aplicados.
Las
organizaciones pueden ayudar a sus colaboradores a desarrollar esta apertura
mental enfrentándoles a nuevos desafíos no sean imposibles ni demasiado
fáciles.
Entrenándoles
en técnicas de creatividad y cambio de perspectiva.
Asegurándose de
que operen constantemente en el borde de su competencia.
Pidiéndoles
que estén continuamente renovándose.
Que deshagan los
aprendizajes y conductas previamente aprendidos y convertidos en rutinas, y que
aprendan nuevas habilidades que les permitan progresar y ser más exitosos.
No dejándoles
que funcionen demasiado tiempo en modo "piloto automático".
Dándoles la
oportunidad de intentarlo, fracasar, intentarlo de nuevo, fracasar de nuevo, e
intentarlo una vez más.
Ofreciéndoles
retroalimentación positiva desde el principio y a medida que progresan en su
entrenamiento.
Obligándoles a
hacer algo diferente para alcanzar un nivel nuevo y superior.
6. Alimentar la
confianza, elevar la autoestima
El éxito, lo
mismo que el fracaso, conforman ciclos acumulativos que se autoalimentan.
Esto se debe
a múltiples razones, pero por encima de todas, se debe al hecho de que el éxito
alimenta la confianza, mientras que el fracaso la destruye.
Así que necesitamos
hacer lo posible por construir un ciclo de éxito que se alimente a sí mismo, y
por evitar un ciclo de fracaso que tienda a perpetuarse.
Podemos
alimentar la confianza mediante los pequeños éxitos, los objetivos cumplidos, y
también mediante la retroalimentación y la generación de expectativas
positivas.
También las
organizaciones pueden nutrir la confianza de sus profesionales mediante el uso
de programas de incentivación, la introducción de elementos de gamificación, el
uso del Coaching y el Mentoring, la introducción de Círculos de innovación, o
los contenidos que versan sobre comportamientos exitosos de modelos a imitar.
Y también a
través de la retroalimentación y las expectativas que depositan en estos
profesionales.
Las expectativas
conforman un poderoso moldeador de las conductas ajenas porque en general, las
personas tienden a responder a dichas expectativas ajustándose a ellas.
El desafío es
dar el feedback de tal forma que quien lo reciba tenga la impresión de que
puede elegir.
No se trata
de decir a los colaboradores lo que deben hacer, sino de involucrarles e
invitarles a que hagan sugerencias.
De este modo se
les estará ayudando a crecer y a desarrollar su potencial.
Lo importante
es obtener su compromiso de lograr los objetivos que aún no se han conseguido
alcanzar.
7. Promover el espíritu
de equipo y la identificación con la organización
Las
organizaciones pueden ayudar a cubrir la necesidad emocional profunda que
tienen todas las personas de sentirse integradas dentro de un grupo, de
relacionarse con las personas de ese grupo, de recibir su afecto y sentirse
seguras y acogidas.
Pueden
conseguirlo si son capaces de desarrollar su sentimiento de equipo haciéndoles
sentir que son únicos, especiales y distintos.
Estimulando
su sentido de identidad dentro del grupo, generando compromiso, ilusión y
entusiasmo.
Agitando las
emociones vinculadas a los desafíos en equipo para alcanzar metas comunes, la
competición de rivalidad en busca del triunfo, la planificación de nuevos
proyectos, la exploración de nuevos terrenos, el afrontamiento de nuevos retos
y experiencias, el planteamiento de objetivos inspiradores y estimulantes.
Y mediante el
uso de herramienta como las Comunidades colaborativas, los programas de Equipos
de Alto Rendimiento, o simplemente recabando la colaboración de algunos empleados
que actúen como un ejemplo para los demás, en lugar de intentar actuar sólo de
forma vertical de arriba abajo.
8- Impulsar
el deseo de seguir mejorando siempre, evitando estancarse en la zona de
comodidad
No importa lo
bien que lleguemos a ejecutar nuestro oficio, si queremos ser maestros,
necesitamos continuar intentando mejorar cada pequeño detalle.
Resistirnos a
estancarnos en nuestra zona de comodidad.
Luchar contra
la tendencia a automatizar demasiado pronto las experiencias aprendidas.
Hacer un
esfuerzo permanente de mejora.
Buscar
siempre hacer las cosas un poco mejor de cómo las estamos haciendo ahora.
Este esfuerzo
y dedicación extra es lo que nos conferirá la ventaja para alcanzar el éxito.
Las
organizaciones pueden ayudar a sus empleados en este empeño mediante programas
que les sensibilicen sobre la necesidad de que tomen la iniciativa y se hagan responsables
del desarrollo de sus propios talentos.
De la necesidad
del aprendizaje permanente y de promoverlo como hábito.
Desarrollando
el aprendizaje informal y el hábito de la compartición del conocimiento dentro
de la organización.
Potenciando
sus capacidades mediante el perfeccionamiento de sus técnicas de aprendizaje
eficaz y los brain skills.
Generando una
cultura dinámica que favorezca la movilidad de los empleados dentro de la organización.
Favoreciendo
un clima el clima de trabajo positivo que genere nuevos retos y oportunidades
para desplegar iniciativas y soluciones, enfrentar desafíos que hagan sentir al
talento que sigue desarrollando y contribuyendo a los resultados del negocio.
9. Generar hábitos de vida positivos y saludables
Mejorar el
estilo de vida es la forma más segura de incidir directamente sobre la química
cerebral de las personas, lo que redundará en una mejora de la productividad,
el bienestar y el compromiso de los empleados.
Las
organizaciones pueden ayudar a sus empleados a mejorar su salud y bienestar
mediante la combinación de programas y actividades orientadas a crear un
ambiente de trabajo sano.
Favoreciendo hábitos
de vida más saludables entre los empleados y sus familias.
Mejorando las
relaciones interpersonales y el clima emocional dentro de la compañía.
Las empresas
que fomentan la salud y el bienestar entre su capital humano suelen ser empresas
de éxito, con capacidad para rendir a pleno rendimiento y consecuentemente con
una mayor capacidad de crecimiento y competitividad.
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